Exuberante vegetación xerofítica de bosques seco y espinoso, una plataforma central con imponentes farallones, llanos costeros salpicados por lagunas, acantilados y cabos, playas vírgenes de belleza alucinante, cavernas de interés arqueológico, las islas adyacentes Beata y Alto Velo, los cayos Los Frailes y Piedra Negra, así como la paradisíaca Bahía de las Águilas, componen el inigualable paisaje del Parque Nacional Jaragua y su entorno (1,543 km2).
Ubicado en la región sur del Procurrente de Barahona, el Parque Jaragua incluye extensas áreas terrestres y marinas. Su nombre es una castellanización de Xaraguá, vocablo taino que designaba el cacicazgo de la región, uno de los cinco en que estaba dividido el territorio de la isla antes de la llegada de los europeos.
El guanito de Cabo Rojo, el melón espinoso, la canelilla, una palma cacheo endémica de la región, el guayacán, el cambrón y el almácigo, son algunas de las especies que componen la rica flora del parque, distribuida en 12 formaciones vegetales diferentes; entre estos tipos de vegetación destaca el Bosque Enano Costero, integrado por árboles con un crecimiento limitado, moldeados en respuesta a los fuertes vientos.
A las finas y blancas arenas de sus playas llegan a poner sus huevos las tortugas marinas: el carey, el caguamo, la tortuga verde y el tinglar. En Los Frailes y en Alto Velo, bandadas de gaviotas y bubíes nos sobrevuelan y, con sus llamadas de alerta, defienden agresivamente sus nidos. En Laguna de Oviedo, con un área de 25 km2, nos encontramos con el flamenco, la cuchareta, la yaguaza, el pelícano, la tijereta y otras tantas especies de la avifauna del parque (60% de todas las aves reportadas en el país).
Las dos ¡guanas endémicas de la isla, la rinoceronte y la ricord, se pasean por todo su territorio. Sus rocas se encuentran plagadas de caracoles con los más increíbles diseños en sus conchas. Una biodiversidad y un paisaje que nos aturden. ¡Jaragua es indescriptible!.
La riqueza y la belleza del Parque Jaragua, junto a los parques Sierra de Bahoruco y Lago Enriquillo, han merecido el reconocimiento internacional al ser declarados Reserva de Biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).